La Biblia dice que Dios no es un hombreLa Biblia dice: “Dios no es un hombre” (Números 23:19)
“Porque soy Dios, no un hombre” (Oseas 11:9)
Jesús es nombrado como un hombre muchas veces en la Biblia:
“un hombre que os habla con la verdad” (Juan 8:40)
En Hechos 2:22 “Jesús el Nazareno, un hombre enviado por Dios con los milagros y maravillas y señales que Dios realizó a través de Él entre vosotros, así como sabéis”.
En Hechos 17:31 “Él juzgará al mundo con rectitud a través de un hombre, a quien Él ha designado”.
“…es un hombre, Cristo Jesús” (1 Tim. 2:5)
Dios no es un hombre; pero Jesús, a quien algunos llaman Dios, sí es un hombre. Por lo tanto, Jesús no es Dios.
1. La Biblia dice que Dios, no es hijo de los hombres:
“Dios no es un hombre, ni el hijo de un hombre” (Números 23:19).
2. La Biblia llama a Jesús “El hijo del hombre” o “un hijo del hombre”:
“Y fue el hijo del hombre…” (Mateo 12:40)
“porque el hijo del hombre viene” (Mateo 16:27)
“Hasta que vean al hijo del hombre llegar a su reino” (Mateo 16:28)
“Sabrán que el hijo del hombre tiene la autoridad” (Marcos 2:10)
“A causa del hijo del hombre” (Juan 5:27)
En las escrituras hebreas, las palabras “el hijo del hombre” son utilizadas para referirse a varias personas: (Job 25:6; Salmos 80:17, 144:3; Ezequiel 2:1; 2:3; 2:6; 2:8; 3:1; 3:3; 3:4; 3:10; 3:17; 3:25).
Dios no se contradiría a sí mismo afirmando que no es un hombre, para luego llamarse “hijo del hombre”, palabras que claramente se refieren a seres humanos y no a Dios. No es Dios el autor de esta confusión; de hecho, las palabras “hijo del hombre” son utilizadas con claridad para referirse a personas, incluyendo a Jesús, diferenciándolas evidentemente de Dios, quien no es un “hijo del hombre” según la Biblia.
3. La Biblia dice que Jesús negó ser Dios:
En Lucas 18:19, cuando un hombre llamó a Jesús ‘Dios’, él respondió: “¿quién dice que yo soy Dios?, Yo no soy Dios, nadie es Dios excepto Dios”
Y en Mateo 19:17 dice: “Y les dijo: ¿Por qué preguntáis quién es Dios? existe sólo un Dios, si deseáis acercaros a Él en esta vida, seguid sus órdenes”.
Jesús no le enseñaba a la gente que él era Dios, si Jesús hubiera dicho ser Dios, estaría diciendo que Dios es un hombre, y entonces se contradeciría. Jesús siempre negó ser Dios.
4. La Biblia dice que Dios es más grande que Jesús:
“Mi Padre es más grande que yo” (Juan 14:28)
“Mi Padre es más grande que todo” (Juan 14:29)
Jesús no podía ser Dios si afirmaba que Dios es más grande que él, la creencia cristiana de que ‘Padre e hijo’ son iguales es directamente opuesta a las palabras de Jesús.
5. Jesús nunca enseñó a sus discípulos que lo adoren a él, a su madre o al espíritu santo, sino que enseñó que debían adorar a Dios y sólo a Dios:
“y cuando oréis decid: Padre nuestro, que estás en los cielos” (Lucas 11:2)
“Ese día no me preguntaréis nada, le pediréis a mi Padre en mi nombre” (Juan 16:23)
“Y ha llegado la hora en que los verdaderos creyentes sólo adorarán a Dios, en su espíritu y con obras” (Juan 4:23)
Si Jesús hubiese sido Dios, hubiese enseñado que él debía ser adorado; en cambio, ordenó adorar sólo al Padre, quien está en los cielos.
6. La Biblia dice que Jesús oraba y adoraba sólo al verdadero y Único Dios:
“… y sepan todos ustedes, hay un único verdadero Dios, y Jesús Cristo ha sido enviado a ustedes por Él” (Juan 17:3)
Jesús rezó a Dios durante la noche:
“y él continuó rezándole a Dios toda la noche” (Lucas 6:12)
“Así como el hijo del hombre no llegó para ser servido, sino para servir” (Mateo 20:28)
¿Cómo Jesús no invocaría a Dios?
“él volvió su rostro al suelo y oró: ¡Oh, Padre mío!” (Mateo 26:39)
Pablo dijo:
“y durante su vida en la tierra, Jesús imploró a Dios llorando que lo salvara del suplicio y la muerte, y fue escuchado debido a su inmensa piedad” (Hebreos 5:7).
¿A quién le imploraría Jesús llorando? ¿A él mismo? ¿A quién le imploraba con lágrimas que lo salvara de la muerte? Ningún hombre, ni cuerdo ni loco, se implora y ora a sí mismo, evidentemente Jesús no se pedía a sí mismo, sino que le imploraba al Único y Verdadero Dios. El Dios al cual él servía, el Dios que lo envió. ¿No basta esto como prueba de que Jesús no era Dios?
El Sagrado Corán confirma que Jesús negó ser Dios y adoró al Único Dios:
“Ciertamente Dios es mi Señor y vuestro Señor, adoradlo sólo a Él.” (Corán 3:51)
7. La Biblia dice que los discípulos no creyeron que Jesús era Dios:
En la Biblia, el libro de Los Hechos de los Apóstoles detalla la actividad de los discípulos durante un período de treinta años después de la partida de Jesús, quien fue ascendido a los cielos. A lo largo de este período, ellos no se refirieron nunca a Jesús como Dios. Por ejemplo, Pedro se puso de pie ante los once discípulos y dijo:
“Israelitas, escuchen mis palabras: Dios acreditó entre ustedes a Jesús de Nazaret. Hizo que realizara entre ustedes milagros, prodigios y señales que ya conocen.” (Hechos 2:22)
Para Pedro, Jesús era un sirviente de Dios (citado en Mateo 12:18):
“El Dios de Abraham, Isaac y Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su servidor, Jesús.” (Actos 3:13)
Dice en Hechos 3:26 “Dios elevó a su servidor...”
Cuando enfrentó la oposición de las autoridades, Pedro dijo:
“¡Nosotros debemos obedecer a Dios en lugar de obedecer a los hombres! El Dios de nuestros padres creó a Jesús...” (Hechos 5:29-30)
Los discípulos oraron a Dios así como les fue ordenado por Jesús en Lucas 11:2, y consideraron a Jesús como el sirviente de Dios:
“... ellos levantaron sus voces juntos en la oración a Dios. ‘Señor soberano’, ellos dijeron, ‘Tu has creado el cielo y la tierra y el mar, y todo en ellos.’” (Hechos 4:24)
“... su sirviente Jesús, santo, a quien Tú ungiste.” (Hechos 4:27)
“… de Su santo servidor, Jesús.” (Hechos 4:30)
Esto es exactamente lo que el Corán declara de Jesús:
“… yo soy de hecho servidor de Dios.” (Corán 19: 30)
8. La Biblia dice que Jesús era el servidor de Dios, escogido por Él, y querido por Él.
“Miren, Mi servidor a quien yo he escogido, con quien Mi alma está contenta.” (Mateo 12:18)
Dado que Jesús es el servidor de Dios, Jesús no puede ser Dios.
9. La Biblia dice que Jesús no pudo hacer milagros solo.
“El hijo no puede hacer nada solo; él puede hacer lo que El Padre decide.” (Juan 5:19)
“… yo no puedo hacer nada según mi propia voluntad.” (Juan 5:30)
Jesús no se consideró igual a Dios; de hecho, él negó hacer algo solo.
10. La Biblia dice que Dios realizó los milagros a través de Jesús, y Jesús estaba limitado en lo que podría hacer.
“… pero cuando las muchedumbres vieron esto, ellos estaban pasmados, y glorificaron a Dios que había dado tal autoridad a los hombres.” (Mateo 9:8)
“… es un hombre que llegó a ustedes por Dios, con milagros y maravillas y señales que Dios realizó a través de Él.” (Hechos 2:22)
“… él hizo lo bueno y sanó a todos los que fueron oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él.” (Hechos 10:38)
Si Cristo fuera Dios, la Biblia simplemente diría que Jesús hizo los milagros sin hacer ninguna referencia a Dios. El hecho de que era Dios quien le proporcionaba el poder de hacer milagros, demuestra que Dios es mayor y más poderoso que Jesús.
Además, Jesús estaba limitado realizando milagros. Una vez, cuando Jesús intentó sanar a un hombre ciego, el hombre no se sanó después del primer intento, y Jesús tuvo que probar una segunda vez (Marcos 8:22-26). Otra vez, una mujer se sanó de una hemorragia incurable. La mujer subió detrás de Jesús y tocó emocionada su capa, y fue sanada inmediatamente. Pero Jesús no tenía ninguna idea de quien lo tocó:
“… sintió enseguida que el poder había salido de él. Se dio vuelta a la muchedumbre y preguntó ‘¿Quién tocó mi ropa?’” (Marcos 5:30)
“Él no podría hacer ningún milagro allí, excepto poner sus manos en unas personas enfermas y los sanaba.” (Marcos 6:5)
Obviamente, alguien con tales limitaciones no puede ser Dios. El poder de los milagros no estaba dentro de Jesús.
11. La Biblia dice que en ocasiones, hubo ángeles que fortalecieron a Jesús; Dios, sin embargo, no necesita ser fortalecido.
“Un ángel del cielo se había aparecido y lo fortaleció [en el jardín de Getsemaní].” (Lucas 22:43)
“entonces el diablo lo dejó; y los ángeles vinieron y empezaron a atenderlo.” (Marcos 1:13)
“Y él estuvo en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás; y estaba con las bestias salvajes, y los ángeles estaban cuidándolo.” (Marcos 1:13)
Los hombres necesitan ser fortalecidos; Dios no, porque Dios es Todo poderoso. Si Jesús tuvo que ser fortalecido, evidentemente no era Dios.
12. La Biblia dice que Jesús quiso hacer la voluntad de Dios, no la suya propia.
“… no se haga mi voluntad, sino la voluntad de Dios.” (Lucas 22:42)
“… yo no busco hacer mi propia voluntad, sino la voluntad de Aquel que me envoi.” (Juan 5:30)
“Porque yo bajé del cielo, no para hacer mi propia voluntad, sino la voluntad de Aquel que para eso me envoi.” (Juan 6:38)
¿Algunos miembros de la Trinidad son subordinados a otros miembros? Según los textos tienen voluntades diferentes (“yo no busco hacer mi propia voluntad”). Entonces, ¿ellos obedecen sin dudar a los otros (“La voluntad de Él, quién me envió”)? Jesús admite subordinar su propia voluntad a otra distinta, pero según la doctrina Trinitaria ellos todos deben tener una única voluntad. ¿Uno de los miembros de la trinidad debe abandonar su propia voluntad en favor de la voluntad de otro miembro de la Trinidad? ¿No deberían acaso tener exactamente la misma voluntad?
13. La Biblia dice que Jesús consideró la voluntad de Dios como separada de su propia voluntad.
“Yo; mi otro testigo es el Padre.” (Juan 8:17-18)
“… no permitan que sus corazones se preocupen. Confíen en Dios; también confíen en mí.” (Juan 14:1)
Si Jesús fuera Dios, no habría considerado la voluntad de Dios como separada de la suya propia.
14. La Biblia dice que Jesús está subordinado a Dios:
“Ahora yo quiero que ustedes comprendan que la autoridad de cada hombre es Cristo, y la autoridad de la mujer es el hombre, y la autoridad de Cristo es Dios” (1 Corintios 11:3).
“Cuando Él ha hecho esto; entonces, el hijo está sujeto a Él, quién puso todo bajo su dominio, para que Dios pueda ser todo en todos” (2 Corintios 15:28).
Siendo que Jesús estaba subordinado a Dios, él no era Dios.